Es esencial que antes de ver las diferencias entre ambas disciplinas, puedas entenderlas y tengas claro qué es cada una de ellas.
«La Fisioterapia es el conjunto de métodos, actuaciones y técnicas que, mediante la aplicación de medios físicos, curan previenen, recuperan y adaptan a personas afectadas de disfunciones somáticas o a las que se desea mantener en un nivel adecuado de salud». Un fisioterapeuta utiliza además de las manos otras máquinas y técnicas como: agujas, ondas, terapia electromagnética, electroterapia. Así pues, acudir a un fisioterapeuta será lo más indicado en caso de lesiones graves, rehabilitación de operaciones, recuperación de traumatismos graves, etc.
Por su parte, el masaje se describe como: “técnica compuesta por una serie de prácticas manuales que se ejecutan aplicando directamente las manos sobre la piel de la persona que lo recibe, sin la intervención de ningún otro instrumento, y que tienen como objetivo producir unos determinados efectos beneficiosos, tanto directos como reflejos, sobre los tejidos.” Por tanto, el masaje es lo más indicado cuando lo que estés buscando sea un momento de relajación y autocuidado, una recuperación y tratamiento más suaves y naturales, al prescindir de máquinas y usar sólo terapia manual, y una mejora del estado de salud global.
Así pues, la principal diferencia es el modo de trabajo. Aunque también serán distintas el número de sesiones: los fisioterapeutas suelen prescribir varias sesiones semanales mientras que los masajistas suelen espaciarlas más; el tipo de formación y la aplicación de técnicas son otras diferencias.